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| Ilustración de Material Defectuoso |
6 de Enero. Si has sobrevivido a las 500 comidas con familiares y amigos, es menester darte la enhorabuena. Tanto si has podido controlarte y has sabido decir que no, como si te has pasado un poquito pero has sabido darte cuenta y quieres volver a normalidad y empezar a cuidarte. Este es tu sitio, ¿si no estamos aquí para eso, para qué estamos?
Lo que toca después de la Navidad es analizar si nuestro planteamiento sobre alimentación es el más adecuado, teniendo en cuenta que estas fiestas las vamos a celebrar todos los años. En estos días en los que andas por el centro de tu ciudad comprando regalos, y en los que intentas volver a la normalidad mientras sigues con las ultimísimas cenas de amigos, no paras de encontrarte a gente y de oír frases como "yo ya tengo que ponerme con la dieta", "tengo que intentar comer mejor", "yo tengo que empezar a ir al gimnasio" o algunos que creen saber más del tema y creen que lo que de verdad necesitan es una "dieta detox" para quitarse de encima los 3 Kg que han ganado en Navidad.
Clásicos propósitos que raramente se cumplen. Si nos pasamos la vida diciendo que intentaremos comer mejor, hacer dieta, o ir al gimnasio, pero en ningún momento nos decidimos a hacerlo, difícilmente llegaremos a conseguir nuestro prepósito. Decir que lo intentaremos en vez de ponernos a hacerlo nos hace ver que no hay una motivación real. Lo que hay que hacer es plantearse una acción o propósito real y asequible y llevarlo a cabo. Si no, ni vamos a perder los kilos, ni vamos a aprender hábitos saludables, ni vamos a tener un peso adecuado.
Así que vamos a dejar de decir que el lunes empezamos la dieta, y a hacernos ese mismo día una cena sana y rica. Porque la solución, a diferencia de lo que la gran mayoría piensa, no es ponerse a dieta. Si por una dieta entendemos tirarnos un mes o dos (en el mejor de los casos porque normalmente no se llega ni a los 15 días) comiendo pechuga de pollo, lechuga y piña, desde luego que no se va a conseguir nada. La solución es tratar el problema desde la raíz, es decir, cambiar nuestros hábitos. Si lo que hacemos es hacer una dieta depurativa de 15 días para bajar los kilos que hemos ganado en Navidad, vamos a recuperar esos kilos cuando volvamos a comer de la forma habitual que teníamos antes de hacer la dieta.
Así que olvídense de dietas detox, de batidos de espinacas (smoothies para los modernos), y de demás dietas y trucos de modas dignos de aparecer en las revistas del corazón o de moda. Se sabe que alrededor del 70% de las personas que han hecho dieta en algún momento de su vida y después vuelven a sus hábitos anteriores, recuperan todo el peso que habían perdido en un período de 5 años. La solución no es otra que fijar un objetivo fijo para cumplirlo a largo plazo mediante el cambio de nuestros hábitos.
Pero, ¿cuál es ese objetivo?, ¿quitarnos sólo los 3 kg que hemos ganado a base de mantecados, polvorones y mazapanes? Pues no, es mucho más ambicioso: APRENDER A COMER DE FORMA SALUDABLE PARA ESTAR EN TU PESO ADECUADO TODA LA VIDA.
Si de verdad llevas una alimentación saludable, te va a dar igual que sea Navidad y te excedas en cuatro comidas con familiares y amigos, que sea Semana Santa y te comas dos pestiños. Si nuestra alimentación general es de forma saludable, te aseguro que un exceso de vez en cuando no va a suponerte un problema. Así que vamos a ver unos consejos para salir de este entramado de comidas y salidas varias y volver a nuestra rutina:
1. Deshazte de todos los dulces que han quedado en tu casa después de las Navidades. Aunque te den pena, deshazte de ellos. Dáselos a tu madre, a tu abuela, a la vecina, o llévalos a alguna comedor, banco de alimentos, asociación, etc. Tenerlos en casa es una tentación muy gorda, y muy comprometidos tenemos que estar con nuestro propósito para no caer en esa tentación y picar un poquito. A todo el mundo nos gusta el dulce, ya que este sabor nos provocar placer, lo que hace que tenga un carácter adictivo (esto también pasa con otras sustancias como el tabaco o el alcohol). Pero si picamos hoy un poquito, y mañana otro poquito, estas cantidades no nos van a dejar mantenernos en nuestro peso saludable.
2. Huye de las dietas milagro, detox y demás dietas restrictivas. No hay que caer en el error de que como me he pasado, me tengo que morir de hambre para compensar. No hace falta hacer dietas bajas en calorías o las famosas dietas detox para limpiar el hígado donde únicamente consumes verduras y líquidos. Saltarse las comidas puede ser arriesgado, porque al restringir la ingesta el apetito aumenta y vamos a picar cosas que no nos convienen. Lo que hay que hacer es volver a una alimentación variada y equilibrada, con todos los grupos de alimentos. No se debe restringir ninguno. Así que nada de suprimir hidratos, o sustituir comidas por batidos detox a base de fruta y verdura. Estos batidos pueden hacerle un favor a las personas que les cuesta mucho comer fruta, pero al licuar o batir las las frutas y verduras pierden la mayor parte de su fibra. Esto hace que nos sacie muy poco, y que al rato tengamos hambre. Consecuentemente, si nos cenamos un batido de estos, es bastante probable que acabemos recenando lo primero que pillemos en la despensa.
3. Reorganiza tu nevera y tu despensa. Ya sé que estamos en la cuesta de enero y que tenemos un presupuesto muy apretado, pero hacer una compra saludable no tiene por qué ser cara. Tenemos que llenar nuestra nevera y congelador de productos frescos, como verdura, fruta, pescado y carne. Con algunos trucos como comprar productos de temporada y locales nos vamos a ahorrar un buen pellizco de nuestro presupuesto. La despensa debemos llenarla de legumbres (para cocer o en conserva ya cocidas listas para comer), arroz y pasta (si estos dos últimos son integrales, estamos haciendo una compra de 10). Y por último, y no menos importante, cuidado con los pasillos que se visitan en el supermercado. Hay que evitar (directamente tachar de la lista) de nuestra compra los dulces, la bollería, los refrescos, los cereales de desayuno y demás productos azucarados. Y con los embutidos y carnes procesadas, limitarlos y elegir las versiones bajas en sal. De todas formas, en el próximo post voy a dar unos consejos muy útiles para comprar mejor, pero hasta aquí puedo leer. En resumen, olvídate del clásico "comer menos" y cámbialo por "comer mejor". Si quieres comerte una ensalada o un revuelto de verdura en una fuente, en vez de en un plato pequeño para comer menos, ¡no te cortes!
4. Incorporar la actividad física en nuestro día a día. De poco nos va a servir pagar 2 meses de gimnasio si luego no vamos a ir porque no es un objetivo asequible para nosotros. Vamos a empezar por lo más simple. Ir a hacer la compra andando, y no ir con el coche a todos lados. Irse a caminar todos los días una horita. Subir por las escaleras en vez del ascensor. Con estas cuatro tonterías ya nos estamos volviendo más activos, pero esto debería ser lo imprescindible en todas las personas. Y ya para rematar, hacer alguna actividad física que nos guste y disfrutemos. Natación, jugar al padel con los amigos, fútbol, baloncesto, ciclismo, correr, caminar a buen ritmo, o al que le guste, el gimnasio. Haberlas haylas, solo hay que elegir la que más acorde vaya con nuestros gustos y estilo de vida. (Si ya nos ponemos muy en serio, lo ideal es combinar un ejercicio de cardio con uno de fuerza, así eliminaremos grasa pero no perderemos masa muscular).
5. Deja los refrescos en el supermercado y haz que el agua sea tu única bebida. Bebe agua en las comidas y en las cenas, y en infusiones como el té. En estas fechas hemos consumido mucho embutido, marisco y demás comidas altas en en sodio (sal). Una buena ingesta de agua nos ayudará con la retención de líquidos y a bajar de peso.
1. Deshazte de todos los dulces que han quedado en tu casa después de las Navidades. Aunque te den pena, deshazte de ellos. Dáselos a tu madre, a tu abuela, a la vecina, o llévalos a alguna comedor, banco de alimentos, asociación, etc. Tenerlos en casa es una tentación muy gorda, y muy comprometidos tenemos que estar con nuestro propósito para no caer en esa tentación y picar un poquito. A todo el mundo nos gusta el dulce, ya que este sabor nos provocar placer, lo que hace que tenga un carácter adictivo (esto también pasa con otras sustancias como el tabaco o el alcohol). Pero si picamos hoy un poquito, y mañana otro poquito, estas cantidades no nos van a dejar mantenernos en nuestro peso saludable.
2. Huye de las dietas milagro, detox y demás dietas restrictivas. No hay que caer en el error de que como me he pasado, me tengo que morir de hambre para compensar. No hace falta hacer dietas bajas en calorías o las famosas dietas detox para limpiar el hígado donde únicamente consumes verduras y líquidos. Saltarse las comidas puede ser arriesgado, porque al restringir la ingesta el apetito aumenta y vamos a picar cosas que no nos convienen. Lo que hay que hacer es volver a una alimentación variada y equilibrada, con todos los grupos de alimentos. No se debe restringir ninguno. Así que nada de suprimir hidratos, o sustituir comidas por batidos detox a base de fruta y verdura. Estos batidos pueden hacerle un favor a las personas que les cuesta mucho comer fruta, pero al licuar o batir las las frutas y verduras pierden la mayor parte de su fibra. Esto hace que nos sacie muy poco, y que al rato tengamos hambre. Consecuentemente, si nos cenamos un batido de estos, es bastante probable que acabemos recenando lo primero que pillemos en la despensa.
3. Reorganiza tu nevera y tu despensa. Ya sé que estamos en la cuesta de enero y que tenemos un presupuesto muy apretado, pero hacer una compra saludable no tiene por qué ser cara. Tenemos que llenar nuestra nevera y congelador de productos frescos, como verdura, fruta, pescado y carne. Con algunos trucos como comprar productos de temporada y locales nos vamos a ahorrar un buen pellizco de nuestro presupuesto. La despensa debemos llenarla de legumbres (para cocer o en conserva ya cocidas listas para comer), arroz y pasta (si estos dos últimos son integrales, estamos haciendo una compra de 10). Y por último, y no menos importante, cuidado con los pasillos que se visitan en el supermercado. Hay que evitar (directamente tachar de la lista) de nuestra compra los dulces, la bollería, los refrescos, los cereales de desayuno y demás productos azucarados. Y con los embutidos y carnes procesadas, limitarlos y elegir las versiones bajas en sal. De todas formas, en el próximo post voy a dar unos consejos muy útiles para comprar mejor, pero hasta aquí puedo leer. En resumen, olvídate del clásico "comer menos" y cámbialo por "comer mejor". Si quieres comerte una ensalada o un revuelto de verdura en una fuente, en vez de en un plato pequeño para comer menos, ¡no te cortes!
4. Incorporar la actividad física en nuestro día a día. De poco nos va a servir pagar 2 meses de gimnasio si luego no vamos a ir porque no es un objetivo asequible para nosotros. Vamos a empezar por lo más simple. Ir a hacer la compra andando, y no ir con el coche a todos lados. Irse a caminar todos los días una horita. Subir por las escaleras en vez del ascensor. Con estas cuatro tonterías ya nos estamos volviendo más activos, pero esto debería ser lo imprescindible en todas las personas. Y ya para rematar, hacer alguna actividad física que nos guste y disfrutemos. Natación, jugar al padel con los amigos, fútbol, baloncesto, ciclismo, correr, caminar a buen ritmo, o al que le guste, el gimnasio. Haberlas haylas, solo hay que elegir la que más acorde vaya con nuestros gustos y estilo de vida. (Si ya nos ponemos muy en serio, lo ideal es combinar un ejercicio de cardio con uno de fuerza, así eliminaremos grasa pero no perderemos masa muscular).
5. Deja los refrescos en el supermercado y haz que el agua sea tu única bebida. Bebe agua en las comidas y en las cenas, y en infusiones como el té. En estas fechas hemos consumido mucho embutido, marisco y demás comidas altas en en sodio (sal). Una buena ingesta de agua nos ayudará con la retención de líquidos y a bajar de peso.
EN RESUMEN: OLVÍDATE DE LAS DIETAS Y CAMBIA DE HÁBITOS
Y para terminar os dejo con esta gran reflexión de Aitor Sánchez , autor del blog Mi Dieta Cojea.
Espero que os haya gustado, ¡nos vemos en el próximo! ¡Feliz año 2016 a todos!
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